El “Pimiento Histórico o Pimiento Centenario”, como se le conoce, es una leyenda popular enraizada en la comunidad local, que sostiene que es en este preciso lugar dónde el General José de San Martín ató su caballo en el verano de 1817. Lo anterior mientras se dirigía desde el campamento de Lo Vicuña hasta la localidad de Curimón, con posterioridad al combate de Las Coimas (7 de febrero de 1817), y en donde fuera derrotado el ejército monarquista, obligando al repliegue de sus fuerzas a San Felipe y luego Santiago.
Las Leyendas como el Pimiento Centenario, no son una excepción en el contexto de los hechos históricos que configuran la vida y obra del Libertador José de San Martín. Ahí está la leyenda del combate de San Lorenzo; la del “cadete de Murcia” y los colores de la bandera del Ejército de Los Andes; su participación en sociedades secretas o “el manzano de Tunuyán” en donde el general habría atado su caballo en 1823.
En el caso del Pimiento de la Plaza de Putaendo, los registros más contemporáneos a los hechos históricos, se remontan a la descripción del viaje que realizó en 1831 Domingo Faustino Sarmiento, futuro presidente de la República de Argentina, quien es llevado a conocer dicho árbol por un “funcionario” local, de acuerdo al relato extraído de la obra de José García Hamilton.
“Con veinte años y medio de edad, por segunda vez, marchaba derrotado a Chile. Al doblar una curva, divisaron allá abajo el pueblo de Putaendo, que Clemente conocía muy bien por sus travesías. Un pariente de ellos era el gobernador de la región y los hospedó en su propia casa con hospitalidad. Una mañana el funcionario llevó a sus familiares a la esquina noroeste de la plaza y señaló a un aguaribay, aquí ató su caballo el General San Martín, – les dijo – cuando llegó desde Mendoza”.
Dicho testimonio tiene una gran importancia, debido a que no obstante siempre se ha sostenido que estamos en presencia de una leyenda, ya que no hay mención de este episodio en la bitácora de guerra del General San Martín, el relato de la visita realizada por Domingo Faustino Sarmiento y su padre Clemente, a la esquina noroeste de la plaza de Putaendo en 1831, es un hecho real.
Por otra parte el que se haya “creado” y sostenido una leyenda, desde prácticamente el mismo momento en que se produjeron los hechos protagonizados por el libertador, resulta de particular interés.
En su libro Recuerdos de Provincia, Sarmiento recordará su exilio en Chile, confirmando que en 1831, acompañado de su padre, fue hospedado por un pariente en Putaendo, circunstancias en la que habría sido llevado a conocer el sitio histórico ubicado en la plaza de armas del pueblo.
Durante más de 200 años, el “pimiento histórico” ha sido uno de los lugares más significativos de la gesta sanmartiniana, al cual acuden a rendir honores, las autoridades locales, nacionales y de Argentina, cada 7 de febrero.
La Municipalidad de Putaendo conjuntamente con la puesta en valor de los sitios históricos, vinculados a la Ruta del Ejército de Los Andes, ha iniciado gestiones para conseguir la declaratoria de Monumento Histórico de la Ruta.8Al respecto el Consejo de Monumentos Nacionales ha manifestado su interés y apoyo en la postulación que el municipio se encuentra desarrollando.